Documental coproducido y coeditado por egresada gana Diosa de Plata 

Diana Alonso 

David González Ladrón de Guevara creció rodeado de música. Desde pequeño soñaba con convertirse en pianista al igual que su padre, el compositor tapatío José Luis González Moya. Sin embargo, David sufre una inusual condición congénita, el síndrome de Miller. Sus manos tienen cuatro dedos, su audición es limitada y sus brazos son cortos. Concierto para otras manos, dirigido por Ernesto González, es un documental que explora el vínculo entre padre e hijo, el apoyo incondicional de la familia y el retrato de un joven cuya pasión por el arte no tiene límites. 

José y David, mentor y alumno, desmantelan las ideas preconcebidas sobre la música y la discapacidad, encontrando nuevos caminos hacia la expresión. Después de todo, los instrumentos no son más que eso: herramientas al servicio del artista. 

“No queríamos hacer el documental de la forma tradicional como ha sido acercarse a este tipo de historias con una mirada un tanto condescendiente […] Queríamos retratar a David y a su familia con todas sus complejidades”, dijo Graciela Ríos, egresada de la primera generación de la carrera de Comunicación y Artes Audiovisuales, y coeditora y coproductora de la película.  

El pasado 29 de abril la cinta fue reconocida como Mejor Documental en la quincuagésima entrega de las Diosas de Plata, otorgadas por Periodistas Cinematográficos de México, AC, (Pecime). En 2024 obtuvo el premio a Mejor Documental en la duodécima edición de la Gran Fiesta de Cine Mexicano, así como el reconocimiento a Mejor Edición en el Festival Cine al Margen, y el Premio del Público en el Festival Zanate de cine documental. Además, su estreno internacional se llevó a cabo en el Festival Breaking Down Barriers, en Moscú. 

La realización de la película tardó alrededor de cinco años, que se vieron atravesados por la pandemia por Covid-19.  Ríos cuenta que se involucró en el proyecto al trabajar junto a la casa productora Mirall Cinema. “A Ernesto  le pareció muy interesante su historia por el tema de la música. Él tocó el piano durante muchos años y yo también. David tocaba con mucha habilidad, virtuosismo y pasión. Nunca habíamos visto a nadie con sus características tocar el piano de esa manera”, añadió.  

Uno de los retos del cine documental es registrar una historia sin romper el fino velo de la cotidianidad. De acuerdo con Ríos, establecer un vínculo de confianza y mantener una presencia constante es fundamental para que los protagonistas difuminen la presencia de las cámaras y del equipo, y así puedan expresarse libremente. “Fue entrar en sus vidas de una forma que a lo mejor otros medios no lo habían hecho, más íntima […] Fue más de un año acompañándolos hasta que la cámara se volvió invisible”, dijo.  

El proyecto contó con apoyos que impulsaron su desarrollo y distribución como Proyecta Producción (2019), de la Comisión de Filmaciones del Estado de Jalisco (Filma Jalisco), e Impact Lab, taller enfocado en diseñar campañas de difusión, el cual es organizado por DocsMX, Impacta Cine y Peace is Loud, organizaciones que conciben el cine como un potencial agente de cambio.  

La película ha sido presentada en 14 festivales y encuentros. Este año será su segunda vez en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG). Su estreno en cines comerciales y salas alternativas será el próximo 11 de julio.